FRAGMENTO MURAL DIEGO RIVERA - DETROIT

FRENTE SINDICAL LEÓN DUARTE

Frente Sindical León Duarte: ¿Quiénes somos? ¿Qué somos? ¿Qué pretendemos ser?

El Frente Sindical  León Duarte, cuyo nombre hace referencia a un histórico dirigente sindical del Neumático (FUNSA), fundador de la CNT y fundador del Partido por la Victoria del Pueblo, desaparecido en Automotoras Orletti en el año 1976 en el marco del Plan Cóndor, junto con otros tantos compañeros y compañeras.  En su origen con una orientación anarcosindicalista fue protagonista de la construcción de la CNT a mediados de la década del 60; a su vez, resistió a la dictadura como antesala al golpe de estado y luego organizó la resistencia a la dictadura formando  parte de la reconstrucción del movimiento obrero nucleados hoy en el PIT-CNT.

Al día de hoy continuamos formando parte como corriente de opinión actuando en el movimiento sindical uruguayo, desde una perspectiva marxista.

 

Nuestra práctica apunta a cambiar todo lo que deba ser cambiado, a desafiar a las poderosas fuerzas dominantes, a luchar con audacia, inteligencia y realismo, y fundamentalmente a luchar por nuestros sueños. Una de nuestras apuestas para el partido es asumir como prioridad y objetivo central la transformación de la realidad, aumentando la conciencia de clase de los trabajadores y militantes sociales.  Pretendemos constituirnos en una opción que dé y acompañe las distintas luchas  a nivel social generando respuestas políticas para que los protagonistas de estas luchas se transformen en actores de primera línea en las transformaciones sociales que se desarrollan en nuestro país.

 

Intentando retomar el internacionalismo que caracterizó a la clase obrera y a las luchas de ésta a lo largo de la historia, historia que solo se explica a través de esas luchas, es que proponemos como eje central la inserción sindical y social así como el trabajo en coordinación y cooperación continua con contactos y referentes de países de la región. Acompañando esto con la formación política continua y permanente.

 

A partir de la experiencia desarrollada este año como plan piloto, aprovechando los contactos y vínculos generado con la academia y otros actores y referentes sociales, nos proponemos desarrollar un plan de formación integral donde profundizar los temas abordados este año y abarcar otros en coordinación con compañeros de la región.

 

Nuestro propósito formativo está en construir junto a los militantes sociales y políticos herramientas teóricas y prácticas para actuar en el contexto en el que desempeñan su práctica militante, de modo de librar una batalla ideológica que permita una efectiva inserción y acción con otros.

Se trata de construir herramientas para actuar en la construcción de la necesaria alternativa de los pueblos mediante la producción colectiva de conocimiento con el objetivo de avanzar hacia la autonomía en la toma de decisiones, decisiones que sean para mejorar la situación de la clase trabajadora.

 

La mayor causa y consecuencia que produce que el término “izquierda” esté en cuestión como articulador del proyecto socialista, es el abandono del contenido, no de la forma. La gran derrota de la izquierda, no superada, es la existencia casi axiomática de un marco dado (el capitalismo) insuperable, natural y objetivo, más allá del cual no se puede pensar. Nada de expropiaciones ni cambios en el régimen de propiedad; tampoco de extralimitarse en la tasa de explotación “razonable”.  Hay que jugar de freno; hacer permanentes llamados a la sensatez, a la cultura del trabajo, a “no matar la gallina de los huevos de oro”, a la paciencia,  y a mantener los reclamos dentro de lo estrictamente salarial etc. etc.

El socialismo es un tema molesto para quienes interpretan el mundo sin buscar cambiarlo, porque plantea problemas que sacuden su contemplativa mirada del universo circundante.

 

Cómo podemos construir en el terreno de las ideas, una “estrategia socialista” que supone articular los “intereses inmediatos” para ir avanzando en la idea de que “los intereses fundamentales” y así poder configurar una sociedad sin clases, democrática y donde los intereses individuales no contrasten con los colectivos.

La batalla fundamental debe centrarse en recuperar ese horizonte alternativo que es el motor incluso de las victorias más pequeñas y parciales.

 

El desafío para la izquierda revolucionaria o anticapitalista no está en escoger entre amplios frentes electorales y sectas tradicionales. El desafío consiste en desarrollar un proyecto alternativo para la izquierda que, de una u otra manera, se concentre en lo que puede definir una potencial estrategia revolucionaria para el período.

 

Necesitamos reflexionar en términos de un nuevo bloque histórico. Partiendo de la lectura que hacemos, este concepto gramsciano no es por naturaleza ni analítico ni descriptivo. No hace sólo referencia a la idea de alianza de clases. Se trata de un concepto estratégico que trata de cómo podemos preparar el encuentro entre une alianza amplia en el seno de las clases subordinadas, un relato alternativo para la sociedad en su conjunto y nuevas formas políticas de masas.

Implica conceder una gran importancia a la cuestión del programa político. El programa de transición constituye la articulación de las experiencias, las reivindicaciones, las experimentaciones y las formas de ingenio colectivo que han emergido del movimiento, en relación con la búsqueda colectiva de las diferentes vías que nuestras sociedades pueden emprender.

 

La noción de poder popular se refiere a esa irrupción del movimiento obrero y popular, a las movilizaciones de los dominados, explotados y subalternos organizados en un contexto capitalista patriarcal hegemónico, que desde su posición subalterna y con su fuerza de movilización disruptiva, logran comenzar a crear espacios de poder propio, autónomo y subversivo del orden social imperante. Si el poder popular pretende al anticapitalismo, entonces tendrá que articularse en torno a las luchas de los que viven la dominación del capital, en un intento de conformar un bloque clasista popular contrahegemónico, pero a la luz de las formaciones sociales actuales.

 

Estas concepciones políticas se materializan en la organización y en las actividades desarrolladas y planificadas por este colectivo. Acompañamiento de conflictos y movilizaciones; participación en asambleas; reuniones cada 15 días además de reuniones concretas con compañeros en situaciones particulares dentro de sus sindicatos; intercambio con organizaciones sociales y referentes de la universidad; desarrollo de secuencia de charlas como parte de un plan piloto de formación; Entendemos la participación en todos estos espacios y movimientos como una experiencia que permite aprender y transformarse. A su vez llevamos adelante actividades de propaganda como pintada de muros y pegatina y la elaboración del boletín mensual además de otros materiales escritos.

 

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